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MADRID "LA NUIT": EL BOOM

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Desde tiempos remotos, el ocio y la diversión se han relacionado siempre con la desaparición del sol en el haber cotidiano. Tabernas, teatros, cabarets e incluso lupanares han sido punto de inflexión en todo el mundo, en todas las capas de la sociedad.
Con el tiempo, aparecieron las salas de fiesta, donde las orquestas daban el punto musical a los encuentros entre mujeres y hombres, provocando los ansiados bailes.
Los adelantos técnicos trajeron la gramola, el pick up y con ello, las boites y discotecas, donde las orquestas fueron sustituidas por la música “en lata”.
En España, este hecho se produjo allá a mediados de los años 60’s, primero en Torremolinos, con “METRO”, para seguir año y medio más tarde Madrid, con “STONES” y el “ROYAL BUS”.
En las dos primeras ejercía como D.J. uno de los homenajeados de esta noche, como más adelante descubriré.
Ya refiriéndonos a Madrid, esta situación provocó una exasperada fiebre y las salidas nocturnas en privilegiados ambientes sociales fueron arrasadoras.
Empezaron a aparecer boites que crearon una gran revolución en la vida de ocio de los madrileños y visitantes de todo el mundo como fueron; Top Hat, Long Play, Carrousel, La Boite, Bocaccio y Cerebro, sobre todo ésta última, pionera de la modernidad.
Tartufo y Snobíssimo, serían los escaparates de la juventud de alto copete, allá por los años 70 y entrando en los 80, fue la época de los Mau Mau, Vanity, Keeper, Privé, Siddharta y Griffin’s, a lo que se unió la aparición en la capital de PACHA, que después derivaría en el gran boom de las cuasi macrodiscotecas.
Joy Eslava, Oh, Madrid, Archy, se erigieron junto a la disco de las guindas como las preferidas de la juventud, completando el repoker la efímera sala de verano Baby Q. Ya en los 90’s, Fortuny, último estandarte de la vieja escuela, se unía al Stella, Empire y Aire para acompañar al éxito de las anteriores.
Bares como El Café de París, Bianco, el Cook, el Café Hispano, el Café Gijón, Honky Tonk el Café de los Artistas, Hanoi ó El Diezy7 y terrazas como Castellana 21, Castellana 24, Bolero, Boulevard, España ó Lista 5, llenaban de colorido nocturno el Madrid de entonces.
La noche madrileña fue elegida en los años 80 como la más divertida del mundo y ello fue en gran parte debido a las modelos que en esos años desfilaban y posaban por todo el mundo manteniendo su residencia en nuestra capital y dando un especialísimo colorido a Madrid con sus salidas nocturnas, pues lugar donde aparecían quedaba repleto de belleza y simpatía.
También fueron de gran importancia propietarios, directores, maitres con sus respectivas brigadas, disjokeys y relaciones públicas y de tantos unos como de otros, solo se podría hablar elogios sobre su profesionalidad.
Pero esos tiempos pasaron y ahora nos queda el consuelo de haber sido la generación protagonista de los mejores momentos nocturnos hasta el día de hoy y quizás hasta siempre. 


Felipe Pinto

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